Artículo: Implantación y origen de los Derechos Humanos
Autor: Manuel García
Mucho tienen que ver los derechos humanos con la democracia. Los estados donde se los reconoce, respeta, tutela y promueve son democráticos. Y los que no los reconocen suelen ser países autoritarios o totalitarios.
Para que estos derechos humanos puedan realizarse, y reconocerse dentro de un ámbito real, el estado, debe encontrarse en democracia.
La democracia es la que permite que todos los hombres participen realmente del gobierno de manera activa e igualitaria, cooperando con el reconocimiento, respeto, tutela y promoción de los derechos humanos.
En todos los sistemas donde no existe base de democracia, existen diversas situaciones donde suele faltar la equidad y la justicia.
En cualquier caso, se debe puntualizar que a veces, en países democráticos se han observado violaciones puntuales de los derechos humanos, si bien estos países suelen contar con mecanismos para detectar estas violaciones, perseguirlas y castigarlas.
El origen de la Declaración de los Derechos Humanos de 1948 debemos buscarlo en las revoluciones norteamericana y francesa del siglo XVIII.
En esta etapa comienzan a dictarse las constituciones de carácter liberal, que protegían los derechos civiles y políticos, buscaban la protección de las libertades de propiedad, y de vida. Esta etapa es llamada "Derechos de Primera Generación", donde vemos un decaimiento del absolutismo político y monárquico.
Posteriormente, y como respuesta a una etapa de crisis de los derechos humanos, por distintas situaciones, entre ellas el comunismo o la revolución industrial de Inglaterra, surge una segunda etapa conocida como los "Derechos de Segunda Generación”. En esta ocasión los derechos se orientan más hacia los derechos sociales y económicos, que contenían la esperanza de los hombres de mejorar sus condiciones de vida dentro de la sociedad, en el ámbito económico y cultural, principalmente.
Con posterioridad a la Declaración de 1948, han aparecido otras declaraciones específicas como la Declaración de Derechos del Niño, de 1959; la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer, de 1959; la Convención sobre eliminación de todas las formas de discriminación de la mujer, de 1969 ; la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles inhumanas o degradantes, de 1984; y la Convención sobre los Derechos del Niño, de 1989, entre otros.