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BLOG DE COOPERACION INTERNACIONAL Y ACCIÓN SOCIAL

Artículo: Quienes son los agentes de la cooperación internacional

Autor: Manuel García

 

 

 

La Cooperación Internacional para el Desarrollo (CID), en su forma de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), se canaliza a través de dos vías fundamentales. Una parte es gestionada por el propio gobierno donante, que es quien decide dónde van los recursos y a través de qué instrumentos se gestionan: en estos casos se habla de ayuda bilateral.

 

Otra parte, sin embargo, los gobiernos la transfieren, en forma de cuotas y contribuciones, a las instituciones multilaterales de las que son socios: es la ayuda multilateral.

 

Se supone que en este último caso el donante pierde el control de los recursos que aporta, que serán utilizados de acuerdo a los criterios de la institución que los recibe (de la que el gobierno, sin embargo, es parte).

 

Es posible encontrar una fórmula mixta, que es cuando los gobiernos dan recursos a los organismos multilaterales para que éstos lleven a efecto programas del interés del donante. En este caso se suele hablar de ayuda multibilateral, si bien a efectos del CAD estos recursos se computan como bilaterales.

 

Tres son los componentes básicos de la ayuda multilateral, de acuerdo con la naturaleza de la institución implicada. En primer lugar la ayuda puede canalizarse a través de Instituciones Financieras Internacionales, como el FMI, el Banco Mundial o los Bancos Regionales de Desarrollo.

 

En principio, estas instituciones funcionan como intermediarios financieros, captando capital en los mercados internacionales y derivándolo hacia los países en desarrollo. La elevada calificación crediticia que tienen estas instituciones, al estar respaldadas por Estados, les permite acceder al capital en mejores condiciones de coste que los países a los que esos recursos se dirigen.

 

La segunda vía de canalización de la ayuda multilateral la proporcionan instituciones no financieras: un amplio grupo en el que se integran, de forma principal, las agencias, fondos y programas de Naciones Unidas.

 

Por último, el tercer canal de la ayuda multilateral es el que nutre la política de cooperación comunitaria: un componente que sólo afecta a los miembros de la Unión Europea (UE) y que se despliega a través de las aportaciones al presupuesto y al Fondo Europeo de Desarrollo, de carácter comunitario.

 

La ayuda gestionada por los organismos multilaterales está recibiendo duras críticas basadas en los niveles de solapamiento existentes entre organizaciones;  a su escaso nivel de coordinación y a la discutible especialización de algunas de ellas; a la falta de agilidad, exceso de burocracia y elevados costes administrativos que las caracteriza; al limitado grado de transparencia con el que operan y su limitada apertura al diálogo con el resto de los actores del desarrollo.

 

Aunque también hay quienes defienden a los organismos multilaterales, destacando la privilegiada posición para movilizar recursos por encima de las posibilidades de cualquier país en solitario; para favorecer el diálogo y los procesos de consulta e interlocución desde una posición de mayor neutralidad; para promover la acción coordinada de los donantes o para acopiar y sistematizar experiencias, generando una valiosa masa crítica de conocimiento experto.

 

Estas cualidades convierten al sistema multilateral en un componente básico de la política de cooperación para el desarrollo.

 

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