Artículo: Los detractores de la globalización
Manuel García
La globalización cuenta con sus defensores y sus detractores. En otro artículo hablamos de los defensores de la globalización. Hoy vamos a hablar de aquellos que piensan que la globalización no es la solución al subdesarrollo en el mundo.
Pero, ¿quiénes son y qué piensan los detractores de la globalización?
No pocas son las voces procedentes sobre todo de analistas internacionales y ONG. Entre sus argumentos destacamos los siguientes:
Privatización de muchos servicios públicos como la sanidad y la educación.
Son muchas las grandes universidades de los países ricos que se están implantando por todo el mundo poniendo el conocimiento al alcance de todos, pero eso sí, de un modo remunerado.
Con la sanidad está sucediendo lo mismo. La internacionalización de muchas cadenas hospitalarias es cada vez más habitual. Sanidad de más calidad pero con un coste económico para los usuarios.
El libre tránsito de empresas a lo largo y ancho del mundo está provocando que cada vez sean más las multinacionales que se instalan allá donde los salarios son más exiguos, algo que sucede en los países más empobrecidos donde ni los derechos laborales son tenidos en cuenta. Ello consolida más aún la precariedad laboral de muchos países.
Además, la mayor competencia entre empresas da lugar a precios de productos más bajos, pero todo ello a costa de unos salarios también más reducidos.
La economía de mercado potencia el consumismo, algo poco deseable en sociedades pobres donde el acceso a las necesidades más básicas se alza como el principal problema. Además se sobrevalora el consumismo frente a cuestiones de tipo ético y moral
Muchos países en desarrollo ceden buena parte de su soberanía en favor de los organismos internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, organizaciones que rigen la economía a nivel internacional.
Esta cesión de soberanía también se pierde en favor de las empresas multinacionales quienes acaban coaccionando a los gobiernos e imponiendo las políticas económicas y fiscales que más les convienen. Ver marchar a las multinacionales es un lujo que no todos los países pobres se pueden permitir.
El flujo de capitales se está produciendo, pero de un modo muy desigual, pues transcurre de los países más pobres hacia los más ricos. ¿Por qué?, porque los países del Sur comercializan productos primarios procedentes de la agricultura y la ganadería principalmente, mientras que los países del Norte producen y comercializan productos manufacturados y tecnológicos, productos con unos costes y unos márgenes comerciales mucho más elevados que los primarios.
Este desequilibrio comercial también se pone de manifiesto cuando vemos la dependencia tecnológica que viven los países más pobres. Sin tecnología no hay industrialización, y ésta está en manos de los países desarrollados.
Respecto al flujo de personas, éste también es un flujo desigual entre el Norte y el Sur. Si bien los trabajadores de los países ricos no suelen tener muchos problemas para instalarse en países en vías de desarrollo, los trabajadores de los países más pobres se ven frenados por las políticas anti-migratorias de las principales potencias económicas, Estados Unidos y la Unión Europea son un claro ejemplo de ello.
Desde otras vertientes, fuera de las esferas económicas, se observa como a nivel cultural no se está avanzando como se desearía.
Las culturas locales pierden protagonismo frente a la multiculturalidad, y las identidades nacionales se pierden frente a la internacionalización.